Debo confesar abiertamente que nuestra relación no ha empezado con buen pie precisamente.
La llegada a la isla, después de los preparativos de la mudanza, llenos de ilusión, algún que otro susto y mucho estrés, fué feliz y hasta fácil. La alegría de encontrarme con los mios, la satisfacción en los ojos de Sergi, mi nieto, por tener al fin a su abuela cerca, no tiene precio.
Encontrarme cara a cara con el lugar donde iba a vivir fué un flechazo, solo lo conocía por fotos, la belleza y la paz que se respira no se podía percibir ni por asomo desde la distancia. Todo parecía indicar el inicio de todo lo que había perseguido en mis sueños.
Para ser aún más idílico, mi hijo me había conseguido un trabajo a tiempo parcial, me iba a permitir una tranquilidad económica mientras me adaptaba y de paso iba conociendo el mundo artístico.
Y empezaron los problemas...
De entrada empezaron a fallar o a no encajar los temas electrónicos, retraso con el contador de la luz, una larga y ardua lucha con telefónica por el alta de linia, el trabajo que no es a tiempo parcial, ni a largo plazo, etc.
Mi primer hartón de llorar preguntandome que narices hago en la isla, fué por culpa del GPS. La primera semana de duro trabajo me toca el fin de semana incluído y encima, en Palma, cielos, si acabo de llegar y no conozco la isla, Es igual, a Palma, los dos primeros días consigo que me lleven, pero el domingo dejo descansar a mi hijo y después de hacer el recorrido juntos y enseñarme donde puedo aparcar relativamente cerca (no puedo andar muchos metros por mis problemas en las piernas) programamos juntos el GPS para no perderme y me siento confiada. Salgo a las 5,45h de casa para llegar con tiempo de sobras, sobre todo por los metros que he de recorrer andando. Inicio el GPS, me dice que el tráfico está despejado y que en unos 12 minutos he de llegar a mi destino. Llegué a las 7,30h después de recorrer la Ma15 ahora para arriba, ahora para abajo. no se cuantas veces, no conseguía salir, cuando me di cuenta de que estaba perdida, estaba aún más lejos de Palma que cuando salí de casa. Desesperada y llorosa, pedí auxilio, me vinieron a buscar. Todavía se rien de mi. No vamos bien.
Mientras veo felices a mis gatos corriendo por el campo y la cara de mi nieto cuando me ve, que pienso, va.... no ha sido nada, problemas de adaptación.
Resumiendo, aparece Biffito con su pata rota, operación, dinero, gracias a la generosidad de personas maravillosas, se paga la operación.
Llega la familia, mi madre, luego mi hija, feliz, trabajo, cansada. Que a nadie se le ocurra volverme a decir que esta es la isla de la calma.
Tanto ajetreo y mi espalda y piernas se resienten aún más, radiografía, ven 3 vertebras bien abrazadas, sin espacio entre ellas, vaya, el dolor me tiene desesperada, cambio de medicación, me sienta mal, muy mal, mientras recibimos otro notición que nos deja KO, mi nuera tiene un aneurisma en la cabeza, dios!!! que pasa???? si yo doy buena suerte.... ¿me tenía que haber quedado en casa? el dolor físico me mata, la medicación no me está haciendo efecto y la llorera en el médico deja claro que he llegado al limite.
En casa, atasco total las cañerias cada vez más taponadas, no os digo por donde acabó saliendo el agua de la ducha. Por fin damos con el tapón y en el momento de deshacernos de él, visualicé, literalmente, como se llevó los problemas y las sin razones de estos días, tengo fé ciega, es así.
Mi nuera espera que le comuniquen la fecha de la operación que será en breve y va a ir de maravilla, yo tengo pendiente la visita al traumatólogo, al fin un especialista en mi vida y también espero fecha para una electromiografía, el dolor sigue, soportable y puedo empezar a pensar en nuevos proyectos y en mis pinceles.
Mallorca, yo te quiero y verás como pronto acabarás amandome tu a mi <3 <3 <3