Aunque presumo de que esta es la vida que he escogido y quiero vivir, si soy sincera conmigo misma, ha sido ella la que ha escogido por mi y yo me he dejado llevar. Siempre he tenido un punto bohemio y a pesar de llevar una vida "convencional" la mayor parte del tiempo, he tenido ramalazos de "locura" que me han llevado a dejar una vida comoda por la emoción de la aventura de persiguir sueños.
Y así me encuentro ahora, en un entorno que si el paraiso terrenal existe, seguro que es aquí,
emparejada emocionalmente a unos seres peludos que absorven mi tiempo y mi corazón, intentando que los pinceles sean la valvula de escape de un sin fín de emociones y sentimientos que hierven con tanta fuerza en mi, que si no los dejo salir con moderación, explotaría como una olla a presión.
Curiosamente mi cuerpo sincroniza con la primavera que ya llega, ayer vimos las primeras golondrinas, despertandome antes del amanecer, momento que adora mi mente para la reflexión y que aprovecho, para poner en orden mis pensamientos antes de que el resto del mundo se ponga en marcha.
Todo este preámbulo para decir que vivo por al amor al arte, en el doble sentido de la frase. El arte que amo es el que tienen mis compañeros los gatos, para vivir y disfrutar de ello, el de la pintura que sale de mis manos. Son dos ocupaciones que absorven mas horas de las que tiene un día completo, y a la contra, poca o ninguna compensación económica, aquí la frase encaja de maravilla.
Para no morir en el intento, a primeros de mes me doy cuenta de que he de encontrar la formula que me mantenga en equilibrio, el resto del tiempo me arrastra el amor a lo que me envuelve y me olvido, eso sí, primeros de mes llega inexorablemente una y otra vez. Total que acabo llegando a la conclusión, que a mi Ego no le gusta nada, (el orgullo duele cuando tienes que reconocer que sola no puedes) de que esta forma de vida poco convencional necesita soluciones poco convencionales y creo que, por suerte, se van extendiendo a paso lento pero imparable.
Son la colaboración, la solidaridad y el trueque, la moneda de cambio imprescindible si sientes que tu alma te pide a gritos volver a conectar con la madre naturaleza, con tu ser auténtico, desnudo, sin tapujos ni corazas.
Asi que confieso en voz alta, sola no puedo, prometo tirar mi orgullo al mar, más ligera, podré miraros a los ojos y decir...
¿me ayudas? yo te necesito. <3 <3 <3