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AL RALENTÍ, ESPERANDO CON ESPERANZA :)


Al ralentí, dejando en stand by los proyectos que mi mente ilusionada planifica.

Estoy enferma y mi cara no lo demuestra, se ve mejor que en los últimos años, que contradicción.

Mi cuerpo se siente como si llevara una pesada carga sobre los hombros, pensar es un esfuerzo “mental”, moverme es físico y mental, escribir, ahora mismo es un reto, las palabras vienen y van y como puedo intento pillarlas al vuelo, lucho por hacerlo, espero que me ayude a ver con más claridad.

Quiero pintar, necesito pintar, es mi vida y aunque no lo parezca necesito mi mente al 100% pero la concentración viene y va, se pierde, divaga cansada como yo. No pasaría nada si encontrara la formula para vivir del aire y alimentarme del silencio, pero no es así, cada mes llegan puntualmente las obligaciones me venga bien o no, a veces me desespero. Y pienso, si ya tienes mucho trabajo hecho, descansa hasta que llegue el momento, ya, pero hay que enseñarlo para que lo vean y eso no se hace solo.

Y solo añoro el silencio, el no hacer, olvidar la obligación, un abrazo de mis hijos, los cuidados de mi madre que está para que la cuide yo, deseo, deseo con fuerza que me den YA la “maldita” medicación.

Esperando esperanzada a que me toque el turno, contenta de que ahora ya haya cura después de pasar años y años con miedo a un futuro que esperaba lejano y ya llegó, ahora hay esperanza, confío. Pero el miedo también aflora,, faltan tres días para una nueva visita al médico, me harán la prueba que dirá cual es mi situación real. Si mi cansancio es justificado o solo es la tristeza de la estación otoñal. Sabré si hay prisa por medicarme o la crisis me hará esperar más, el tiempo pasa despacio y arrastrándose y a la vez, va a la velocidad vertiginosa del acelerador que aprieta el miedo a saber.

Es curioso que haciendo un resumen mental de como he llegado a esta situación y haciendo balance llegue a ver otra GRAN contradicción, una transfusión de sangre el día que nació mi hija, mi vida en peligro, el mismo día en que mi tía la perdió, una vida llega, otra se va, otra queda hipotecada sin saberlo. Todo queda compensado viendo su cara, aquel día y todos y cada uno hasta hoy.

Así me veo hoy, enferma de Hepatitis C, esperando que la medicación llegue pronto pues siento que mientras espero, mi vida también para a esperar. Una enfermedad de la que muy pocos hablan y de la que hay millones de contagiados sin saber como, enfermedad que aún mata a personas que están esperando la cura que ya existe.

No siento rabia, aunque tal vez debiera, esta es otra de las injusticias por las que debemos luchar, pero espero... simplemente, espero.

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