ROMPIENDO LOS MUROS DEL SILENCIO
- Makamen Bou Mieó
- 26 sept 2015
- 1 Min. de lectura

Desde que empezó este año 2015 me siento subida en una montaña rusa, sentada en un sube y baja de emociones que no me dejan bajar y callan mi necesidad de gritar. La perdida de mi hermana Silvia destapó la caja de Pandora, salieron recuerdos, vivencias, personas, alegrias y dolor, unos mios, otros compartidos, algunos ajenos.
Entonces me viene a la mente el refrán, "cuando veas las barbas de tu vecino....." y me sientes responsable de la montaña rusa que puedo provocar en las personas que más quieres, quiero aprender bien la lección. Con ese temor me enfrento a las llamadas, que intento callar, de mi cuerpo que reclama mi atención. Mi enfermedad tiene tratamiento, va para largo, lo malo es que mientras las fuerzas van fallando, mi alma cansada se encierra en su mundo y mi mente cargando con ese lastre, intenta salir a flote.
Cuesta mucho aceptar que el cuerpo no siga el ritmo, me siento triste e impotente esperando que la medicina de la vuelta a la situación y pueda volver a vibrar llena de energía. Hasta expresarme se me hace cuesta arriba y la pintura se acumula en mi corazón, taponando la salida de la expresividad. Me siento muda.
Plasmando mis pensamientos en estas lineas intento hacer una fisura que arrastre hacia fuera lo bueno y lo malo, quiero que la carga sea más ligera y me ayude a ser la persona, activa, alegre y vital que añoro, por suerte aún me quedan fuerzas para no perder la ilusión.
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